La idea base de la dieta BARF es simple: alimentar a nuestro perro con una dieta que imite lo que comerían en la naturaleza.
Y aunque soy fiel defensora de la dieta natural para perros, es importante tener en cuenta que esta forma de alimentación no está libre de riesgos. Desde problemas nutricionales hasta el peligro de infecciones y lesiones físicas, hay varios aspectos a considerar antes de dar el paso hacia una dieta completamente cruda.
Además de, por supuesto, informarte bien y consultar con tu veterinario para poder cuidar de la mejor manera a tu perro.
Riesgos nutricionales de la dieta BARF
Uno de los retos más significativos es garantizar un balance nutricional adecuado a nuestro perro. A diferencia de los alimentos comerciales formulados científicamente, la dieta casera a menudo le falta la precisión en cuanto a la proporción de nutrientes como proteínas, grasas, vitaminas y minerales.
Un cálculo nutricional inadecuado puede tener consecuencias graves para la salud del perro. Por ejemplo, una dieta con exceso de proteínas y falta de otros nutrientes esenciales puede llevar a problemas hepáticos y renales a largo plazo.
Además, la falta de un equilibrio adecuado de calcio y fósforo, especialmente en cachorros, puede resultar en trastornos óseos y del desarrollo.
Por lo tanto, es muy importante que los dueños de perros que optan por la dieta BARF busquen orientación profesional para asegurarse de que su mascota reciba una alimentación equilibrada.
Deficiencias y excesos de la dieta ACBA
La mayor preocupación de la dieta BARF son, sin duda alguna, las deficiencias y excesos de ciertos nutrientes.
Mi ejemplo favorito es la deficiencia de calcio, un mineral crucial para la salud ósea. Si la dieta carece de huesos crudos adecuados o si la proporción de huesos y carne no es la correcta puede ocurrir que a nuestro perro le falte calcio y esta deficiencia puede provocar enfermedades como la osteoporosis o deformidades óseas, especialmente en cachorros en crecimiento.
Y, por otro lado, el exceso de ciertos nutrientes también presenta riesgos. Un ejemplo común es el exceso de vitamina A, que puede ocurrir si la dieta incluye demasiado hígado.
La toxicidad de la vitamina A puede causar problemas de salud graves, incluyendo deformidades óseas y daño a los vasos sanguíneos. Otro problema potencial es el exceso de fósforo, que, sin una proporción adecuada de calcio, puede conducir a trastornos metabólicos y renales.
Riesgos de contaminación en la dieta BARF
Uno de los riesgos más significativos asociados con la dieta BARF es la contaminación por bacterias y parásitos.
Los alimentos crudos, especialmente la carne, son susceptibles a patógenos como Salmonella, E. coli, y Listeria. Estos microorganismos no solo representan un peligro para la salud de las mascotas, sino que también pueden ser un riesgo para los humanos en el hogar, especialmente para aquellos con sistemas inmunológicos comprometidos.
En varios estudios, se ha encontrado que una proporción significativa de alimentos crudos para mascotas está contaminada con estos patógenos. Por ejemplo, un estudio publicado en el «Journal of the American Veterinary Medical Association» reveló que de 196 muestras de dietas crudas comerciales, el 15% contenía Salmonella y el 32% E. coli. Estos patógenos pueden causar enfermedades graves en los perros, incluyendo gastroenteritis, septicemia y, en casos extremos, la muerte.
Los parásitos también son una preocupación, especialmente en carnes crudas y órganos. Parásitos como Toxoplasma gondii y Neospora caninum pueden estar presentes en la carne cruda y representan un riesgo para la salud tanto de las mascotas como de los humanos.
En los perros, pueden causar síntomas que van desde diarrea hasta enfermedades neurológicas graves.
